Una motoazada y un motocultor tienen un uso ‘similar’, es decir trabajar la tierra para prepararla para la siguiente estación. Estos aparatos se usan generalmente entre finales del otoño y principios del invierno. Reducirán considerablemente sus esfuerzos y le harán ganar mucho tiempo ya que son multifuncionales. Podrá en una sola pasada escardar (enterrar las malas hierbas), binar (romper la superficie del suelo), aporcar, airear la tierra e igualmente mezclar sus residuos orgánicos. Intensificando su trabajo del suelo, una motoazada o un motocultor prepara perfectamente su tierra para recibir las plantaciones o el césped del año siguiente. Para saber cuál de los dos responderá mejor a sus necesidades, hay que contestar a dos preguntas: ¿Cuál es mi superficie de trabajo? Y ¿Qué uso voy a darle a mi máquina?
Motoazada
Gracias a sus fresas que mezclan la tierra, una motoazada prepara una parcela para el cultivo. Su uso está particularmente recomendado para realizar el mantenimiento de un huerto o labrar los arrietes y los céspedes. La superficie de trabajo recomendada varía entre 100 à 1000 m2 en función de los modelos (eléctricos o térmicos). Las fresas de una motoazada pueden arar la tierra hasta una profundidad de 30cm, que es suficiente para la mayoría de los particulares. En cuanto al nivel de la motorización, una motoazada está por regla general equipada de un motor de gasolina a 4 tiempos. Las fresas están situadas bajo el motor y dirigidas por una correa o un cárter de cadenas. Estos aparatos están equipados de una rueda de transporte, lo que facilita enormemente el desplazamiento del aparato cuando el motor está apagado. Como la motoazada avanza gracias a la rotación de sus fresas, su uso necesita un cierto esfuerzo. De ahí la razón por la que no se aconseja para grandes superficies de trabajo.
Motocultor
Para las grandes tareas de labranza, como preparar un huerto o rehacer un césped, se recomienda utilizar el motocultor. Es un instrumento potente, equipado con varias velocidades de trabajo y de avance (además de una marcha atrás). Conviene perfectamente para superficies a partir de 500m2. Un motocultor es un instrumento bastante pesado equipado con dos grandes ruedas, que le permitirán desplazarlo fácilmente.
Su peso no le permite posarse sobre sus fresas como una motoazada. El uso se hace sin esfuerzos, ya que basta con utilizar los mandos para arrancar y hacer avanzar un motocultor. Como es un aparato muy robusto, se puede eventualmente fijarle una reja de carreta para trabajar la tierra en profundidad.
Con sus motores de 5 a 10CV, los motocultores mueven sus fresas gracias a una correa o a un cardán. Esta vez, las fresas están situadas en la parte trasera. Estas desmigan finamente la tierra, para un labrado que va hasta 50cm de profundidad. Una vez que haya escogido el tipo de aparato, es el momento de interesarse a las diferentes características de cada modelo. Le presentamos los elementos a tener en cuenta en función de sus necesidades:
- Ancho de trabajo: dependerá globalmente del número de fresas (de 2 a 6 en función de los modelos). Los motocultores están destinados a grandes terrenos, anuncian a menudo anchos de trabajo superiores a las de las motoazadas para reducir el nombre de pasadas.
- Presencia de una marcha atrás: útil cuando debe dar media vuelta o rodear obstáculos.
- Motorización: hasta 1000 m2 de superficie de trabajo, un motor de 3 a 4 CV convendrá perfectamente a sus necesidades. Para un terreno más grande, mire más bien los modelos que marcan al menos 5CV.
- Discos protege plantas: 2 discos situados de una parte a la otra de las fresas delimitan claramente el ancho del trabajo del utensilio, reduciendo así los riesgos de un error de trayectoria.
- Guardabarros: le protege contra las proyecciones del arado. Se aconseja a pesar de todo el uso de botas para minimizar los riesgos de herirse.
Fuente: https://www.planfor.fr/PDF/planfor/Motoazadas-o-motocultores.pdf
Comments